Una nebulosa es una nube gigante de polvo y gas en el espacio. Algunas nebulosas provienen del gas y el polvo expulsado por la explosión de una estrella moribunda, como una superno-va . Otras nebulosas son regiones donde comienzan a formarse nuevas estrellas. Por esta razón, algunas nebulosas se llaman "viveros de estrellas".
Las nebulosas están hechas de polvo y gases—, principalmente hidrógeno y helio. El polvo y los gases en una nebulosa están muy dispersos, pero la gravedad puede comenzar a juntar grupos de polvo y gas. A medida que estos grupos se hacen más y más grandes, su fuerza gravitacional se hace más y más fuerte.
Finalmente, el grupo de polvo y gas se vuelve tan grande que se colapsa por su propia gravedad. El colapso hace que el material en el centro de la nube se caliente, y este núcleo caliente es el comienzo de una estrella.
Por ejemplo, el destino del sol es convertirse en nebulosa de tipo “planetaria” y terminar sus días como una “enana blanca”. Dentro de unos cinco mil millones de años, el Sol agotará su reserva de hidrógeno y se convertirá en una estrella roja gigante, que se expandirá más allá de la orbita de la Tierra.
Cientos de millones de años después, emanará la mitad de su masa hacia el espacio exterior, por lo que se verá (desde sistemas estelares lejanos) como una gran nebulosa planetaria, en donde antes existía el Sistema Solar.
Otra característica muy significativa e interesante es que algunas de las nebulosas pueden dar origen a estrellas y sistemas planetarios. Las estrellas se forman a partir del gas y del polvo que se encuentra en algunas nebulosas, como “pilares de la creación” y “nebulosa del águila”.
Allí, el gas y el polvo se acumulan debido a su propio efecto gravitacional (es decir, que las nebulosas realizan un proceso en el que se encogen). Se produce una fragmentación de la materia en grupos más pequeños y cada uno de ellos puede calentarse hasta iniciar una reacción nuclear que se convierta en una nueva estrellaP.